Nuestro Padre Jesús de la Redención. Fotografía de Víctor Hernández Mayoral, autor de este blog.
Todavía estaba hablando, cuando se presenta, Judas, uno de los Doce, y con él gente con espadas y palos, mandada por los sumos sacerdotes, los escribas y los ancianos. El traidor les había dado una contraseña diciéndoles: "Al que yo bese, es él; prendedlo y conducidlo bien sujeto". Y en cuanto llegó, acercándosele le dice: "¡Rabbi!". Y lo besó.
Ellos le echaron mano y lo prendieron. Pero uno de los presentes, desenvainando la espada, de un golpe le cortó la oreja al criado del Sumo Sacerdote.
Jesús tomo la palabra y les dijo: "¿Habéis salido a prenderme con espadas y palos, como si fuera un bandido. A diario os estaba enseñando en el Templo y no me detuvistéis. Pero, que se cumplan las escrituras". Marcos 14, 43 - 49.
No hay comentarios:
Publicar un comentario