"Una de esas Palabras se encarna al Sol del Miercoles Santo en la entregada figura de Jesucristo que nos viene desde el barrio de Nervión:"¡Tengo sed!"Este Dios cercano y comprometido con cada hombre, siente sed de almas; quiere librarnos del mal, liberarnos de las miserias de este mundo y de las ataduras de la esclavitud del pecado".D. IGNACIO MONTAÑO JIMÉNEZPREGÓN DE LASEMANA SANTA DE SEVILLA1.99716 de Abril del Año del Señor de 1.997
viernes, 15 de agosto de 2014
EL CRISTO DE LA SED EN EL PREGÓN DE LA SEMANA SANTA DE SEVILLA
lunes, 4 de agosto de 2014
sábado, 2 de agosto de 2014
VÍA CRUCIS DE LA CIUDAD DE SEVILLA. PRIMERA ESTACIÓN. JESÚS EN EL HUERTO DE GETSEMANÍ
- Te adoramos Cristo y te bendecimos.
- R/ Que por tu Santa Cruz redimieste al mundo.
Lectura del Evangelio según San Lucas 22, 39 - 46
Salió Jesús y fue como de costumbre, al monte de los Olivos; le siguieron también los discípulos. Llegado al lugar, les dijo: "Orad para no caer en la tentación". Y se separó de ellos como a un tiro de piedra y puesto de rodillas, oraba diciendo. "Padre, si quieres, aparta de mí este cáliz; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya". Y entrando en agonía oraba con más intensidad. Y le vino un sudor como de gotas de sangre que caían hasta el suelo. Cuando se levantó de la oración y llegó hasta los discípulos, los encontró adormilados por la tristeza. Y les dijo: "¿Por qué dormís? Levantaos y orad para no caer en tentación".
REFLEXIÓN
En el comienzo de este Vía Crucis, sentimos en el hondón del alma la somnolencia inconsciente de los discípulos. En el momento cumbre de la vida del Maestro que los llamó junto al mar de Galilea, que les ha lavado los pies, les ha dejado el regalo de su Cuerpo y de su Sangre y les ha ungido como sacerdotes del Nuevo Testamento, le abandonan. En esta tarde, con infinita compasión acompañamos a Jesús hasta el Calvario y le pedimos que no permita que nada ni nadie nos distraiga de lo esencial: subir con Él hasta la cima y manifestarle nuestro amor y nuestra gratitud por su entrega por nosotros. Le pedimos también que penetren en nuestras almas sus propios sentimientos de amor al Padre y a la humanidad necesitada de redención.
ORACIÓN FINAL DE LA PRIMERA ESTACIÓN
Señor, me emociona tu entrega sin condiciones. En la dificultad buscas la oración, la unión íntima con el Padre. Yo, que tantas veces hago mi voluntad, y me olvido de Ti, quiero pedirte la fuerza para acudir también al Padre en los momentos de alegría o tristeza, de esperanza o desaliento, para conocer su voluntad y aprender a amarla, para entregarme con presteza a lo que me pida.
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